Mi padre al cuello la ata
y, poco a poco, la aprieta
hasta llegar a su meta.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Dos buenas piernas tenemos y no podemos andar, pero el hombre sin nosotros no se puede presentar.
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Tamaño de una cazuela, tiene alas y no vuela.