Si sumas uno más uno
evidente que da dos,
y si da dos te descubro
dos veces la solución
de este juego de salón.

Bajo mi carpa gigante, acojo a chicos y grandes; payasos y trapecistas son típicos en mis pistas.

Once jugadores del mismo color, diez van por el campo, detrás de un balón.

Cuanto más y más lo llenas, menos pesa y sube más.

Cómete la «e» y pon una «a». Mírala muy bien y échala a volar.

Soy el juguete más apreciado para las niñas como regalo.

¿Qué juego será, que aunque nos movamos siempre nos quedamos en el mismo lugar?

Cuando yo subo, tú bajas; si tú subes, bajo yo: a la misma altura nunca podemos estar los dos.

Veintiocho caballeros ataviados de levita, que se ponen en la mesa a jugar una partida.

Cubo que seis caras tiene, veintiún puntos en total, en el «Parchís» interviene y en la «Oca»... pues igual.

Juegan en la cancha más altos que bajos; meten la pelota dentro de los aros.