Su padre relincha
con pésima voz,
su madre rebuzna
y suelta una coz.

Soy un animal pequeño, piensa mi nombre un rato, porque agregando una «n» tendrás mi nombre en el acto.

Adivina quien yo soy: al ir parece que vengo, y al venir, es que me voy.

Cuantas manos le dio el mar a este extraño pasajero que lo quieren contratar para que juegue de arquero ¿quién es?

Sobre la vaca, la «o», a que no lo aciertas, no.

Larga y lisa, larga y lisa, llevo puesta una camisa, toda bordada, bordada, sin costura ni puntada.

No es cama, ni es león y desaparece en cualquier rincón

Jamás de su casa sale y corre el monte y el valle.

A la orilla de los ríos, croan sin meterse en líos, saltos dan, mas no son osos sino animales verdosos.

Con cuello largo y finito se pasea muy feliz, sólo si fueras mosquito le verias la nariz.

Piensa poco y salta mucho, dime su nombre que no te escucho.