María Penacho
parió un muchacho,
ni vivo ni muerto,
ni hembra ni macho.

Soy dama cruel, temerosa, me paseo en verde prado, y todo aquel que me mira se queda muy espantado. Yo luzco un largo vestido que en tienda no fue comprado, no fue por mano de sastre, ni medido, ni cortado.

Tiene las orejas largas, tiene la cola pequeña, en los corrales se cría y en el monte tiene cuevas.

Mi reinado está en el mar, soy de peso regordeta; un día, siglos atrás, me tragué entero a un profeta aunque luego lo expulsé al pensar que estaba a dieta.

¿Quién es este que se arrima trayendo su casa encima?

¿Cuál es el único animal que muere entre aplausos?

Lo mismo que un galgo valgo, su retrato soy y amigo, y si por el campo salgo, las liebres mucho persigo, y es cierto que no soy galgo.

Es cierto amigo del hombre y es fiel amigo ¿Quién es?

A la orilla de los ríos, croan sin meterse en líos, saltos dan, mas no son osos sino animales verdosos.

Lenta dicen que es porque sólo asoma la cabeza, las patas y los pies.

Mil damas en un camino sin polvo ni remolino.