Es tan grande mi fortuna
que estreno todos los años
un vestido sin costura,
de colores salpicado.

Soy amiga de la luna, soy enemiga del sol; si viene la luz del día, alzo mi luz y me voy.

Donde nadie sube, trepo, donde nadie anda, trisco, muy poco estoy en el valle, pues lo mío son los riscos.

Voy con mi casa al hombro, camino sin tener patas, y voy marcando mi huella con un hilito de plata.

Tengo tinta, tengo plumas y brazos tengo, además, pero no puedo escribir, porque no aprendí jamás.

Orejas largas, rabo cortito; corro y salto muy ligerito.

Llevo pijama a diario sin guardarlo en el armario.

Me roban mi vestidura porque la fuerza es su ley y visten con mis despojos desde el esclavo hasta el rey.

Soy chiquitito, puedo nadar, vivo en los ríos y en alta mar.

Mamífero rumiante de cuello alargado, por el desierto, errante, siempre anda jorobado.

No lo parezco y soy pez, y mi forma la refleja una pieza de ajedrez.