Una madre con cien hijas
y a todas pone camisas.
más adivinanzas de frutas...
Soy redonda como el mundo al morir me despedazan, me reducen a pellejo y todo el jugo me sacan
Campanita, campanera, blanca por dentro, verde por fuera, si no lo adivinas, piensa y espera.
Ave me llaman a veces y es llana mi condición.
Tengo nombre de ciudad, con cierta fruta concuerdo y muerdo en la realidad. ¿Qué soy?
Tengo duro cascarón, pulpa blanca y líquido dulce en mi interior.
Arca, monarca, llena de placer; ningún carpintero te ha sabido hacer.
Es santa y no bautizada, y trae consigo el día, gorda es y colorada y tiene la sangre fría.
Es como algunas cabezas y lleva dentro un cerebro, si la divido en dos piezas y la como, lo celebro.
Somos cien hermanitos, todos muy igualitos y estamos encerrados en un globo bonito.
A veces blanquita, a veces negrita y siempre bolita.
