Con su trompa preparada
pasa a tu lado zumbando,
se posa en tu piel desnuda
y tu sangre va chupando.

Animal soy, desde luego; me llaman el jorobado, y que tengo cuatro patas, ya se da por descontado.

Aunque no soy florista trabajo con flores y por más que me resista el hombre arrebata el fruto de mis labores.

Mi nombre lo leo, mi apellido es pardo, quién no lo adivine, es un poco tardo.

Envuelto en un cobertor, haga frío o calor.

Soy un animal patoso, y cuento con muchas patas; pero, en cambio, sólo tengo un pico y un par de alas.

No es cama, ni es león y desaparece en cualquier rincón

Mil damas en un camino sin polvo ni remolino.

María Penacho parió un muchacho, ni vivo ni muerto, ni hembra ni macho.

Estudiante que estudias a la luz de la luna ¿qué animal tiene alas, pero no tiene plumas?

Soy chiquitito, puedo nadar, vivo en los ríos y en alta mar.