Lugar de compra,
lugar de venta,
donde cada ama de casa
hace su cuenta.
más adivinanzas de la ciudad y la calle...
El que la tenga que la atienda y si no lo mejor es que la venda.
Por caminitos de hierro, el gusano de metal, en su barriga transporta la gente por la ciudad, llevándola por un túnel en completa oscuridad.
Tengo muchos pares, te los puedes probar, pero si te los llevas, tendrás que pagar.
Me llegan las cartas y no sé leer y, aunque me las trago, no mancho el papel.
Un bulto veo venir, sus pasos no hay quien los cuente, y, cuando se acerca a mí, meto mi cuerpo en su vientre.
Alta y delgada, cabeza brillante, ilumina de noche a los caminantes.
Mido telas y estaturas, pero, a veces, en ciudades, sin humos y sin candelas, llevo gente en cantidades.
Zapatos de goma, ojos de cristal, con una manguera lo alimentarás, dentro del garaje lo sueles guardar.
Ciudadano muy mirado, moderno camaleón, subido en tu árbol, cambias de color.
Todos me pisan a mí, pero yo no piso a nadie; todos preguntan por mí, yo no pregunto por nadie.
