Caminando por la calle
con un hombre me encontré,
para saludarlo tuve que sacar los dedos del pastel.
Ya te dije el nombre del hombre aquel.
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Con la cama de un navío y casa de centinela, se hace el nombre de mi dama sin que le falte una letra.
«Sí mona, así te quiero», un galán aseguraba y a su dama así le daba, astuto, su nombre entero.
Con «V» empieza mi nombre, suelo ir con la corriente, dicen de mí -por costumbre- que donde voy, va la gente.
Tiene cuatro letras, cuatro nada más, si repites una sílaba, su nombre dirás.
Caminando por la calle con un hombre me encontré, para saludarlo tuve que sacar los dedos del pastel. Ya te dije el nombre del hombre aquel.
Paco Pepe es ese hombre, ¿me puedes decir su nombre?
De Isabel, quitando el «bel», y de Lucas, lo postrero. ¿Cómo se llama la joven? Adivina, caballero.
En este banco hay un padre y un hijo, el hijo se llama Juan y el padre ya te lo he dicho.
Tres partes tiene mi nombre: en Francia está la primera, la segunda, aunque te asombre, dentro de un cisne se esconde y la tercera la tiene la cocinera.
Vi sentada en un balcón, a una hermosa dama, mira el primer renglón, y sabrás cómo se llama.