Animal soy, desde luego;
me llaman el jorobado,
y que tengo cuatro patas,
ya se da por descontado.

Cuando nada en los ríos parece un tronco flotante, pero si muestra sus dientes todos huyen al instante.

Soy dama cruel, temerosa, me paseo en verde prado, y todo aquel que me mira se queda muy espantado. Yo luzco un largo vestido que en tienda no fue comprado, no fue por mano de sastre, ni medido, ni cortado.

Mamífero rumiante de cuello alargado, por el desierto, errante, siempre anda jorobado.

Dos torres altas, dos miradores, un quitamoscas, cuatro andadores.

Tengo tinta, tengo plumas y brazos tengo, además, pero no puedo escribir, porque no aprendí jamás.

De China vengo, en Murcia vivo, como morera, seda fabrico.

Un solo portero, un solo inquilino, tu casa redonda la llevas contigo.

Sin tener alas yo vuelo. Tengo cola y no soy ave, y como usted muy bien sabe, sin viento me voy al suelo.

Alas de muchos colores se pierden entre las flores.

Va caminando por un caminito, no tiene alas y va despacito.