Cien amigos tengo,
todos en una tabla,
si yo no los toco,
ellos no me hablan
más adivinanzas de instrumentos musicales...
Una niña tontiloca, con la boca en la barriga, y las tripas en la boca.
Soy una caja adornada con dos palos para sonar, y en la banda de la escuela, me puedes encontrar. ¿Qué soy?
Mis caras redondas, ¡qué estiradas son! a fuerza de golpes, así canto yo.
Con tan sólo cuatro cuerdas, que un arco pone en acción, esta caja melodiosa te alegrará el corazón.
Con su gran boca y un solo diente desde lo alto llama a la gente.
Instrumento musical, jaranero y redondico, que todos saben tocar del virtuoso al borrico y que resulta esencial si cantas un villancico.
Me rascan continuamente de forma muy placentera, mi voz es muy bien timbrada y mi cuerpo de madera.
Soy bella, soy muy fuerte; cuando hablo todos me oyen y tengo un solo diente que muevo constantemente
Marfil y madera fina, a tocarnos con talento, el que no sabe, no atina.
Yo tengo puesto de honor en toda fiesta guajira: cuando mis seis cuerdas pulsa, el campesino se inspira y su cantar yo acompaño con mi dulce melodía, desde que empieza el guateque hasta que despunta el día.
