El que la tenga que la atienda
y si no lo mejor es que la venda.
más adivinanzas de la ciudad y la calle...
Todos me pisan a mí, pero yo no piso a nadie; todos preguntan por mí, yo no pregunto por nadie.
Tengo muchos pares, te los puedes probar, pero si te los llevas, tendrás que pagar.
Mido telas y estaturas, pero, a veces, en ciudades, sin humos y sin candelas, llevo gente en cantidades.
Vivo entre dos muros que no pueden verse y aunque no me doblo me dobla la gente.
Hombrecitos de colores, metidos en una caja, sin hablar nada te dicen: ¡peligro!, ¡cuidado!, ¡pasa!
Con sólo tres colores ordeno a cada uno. Si todos me respetan no habrá accidente alguno.
Un tipo de fino talle que con sólo tres colores ayuda a cruzar la calle a los niños y mayores.
Lugar de compra, lugar de venta, donde cada ama de casa hace su cuenta.
Cuatro señoras van para francia ruedan y ruedan y nunca se cansan
Un bulto veo venir, sus pasos no hay quien los cuente, y, cuando se acerca a mí, meto mi cuerpo en su vientre.