Adivina, adivinanza
Vuela entre las flores
con sus alas de colores
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Si te pregunto cómo se llama este gran bicho, ya te lo he dicho.
Te doy leche y mi lana, y para hablar digo: «beeeee», si no adivinas mi nombre yo nunca te lo diré.
Larga y lisa, larga y lisa, llevo puesta una camisa, toda bordada, bordada, sin costura ni puntada.
Canta cuando amanece y vuelve a cantar cuando el día desaparece.
Detras de mi corre el perro, voy detras de los ratones, me gusta comer pescado y acostarme en los sillones. ¿Quién soy?
Un espléndido abanico que no produce pavor, sus alas, plumas y pico son reales, sí señor.
Salta y salta por los montes, usa las patas de atrás, su nombre ya te lo he dicho, fíjate y lo verás.
Tiene famosa memoria, gran tamaño y dura piel, y la nariz más grandota que en el mundo pueda haber.
Del agua soy, tierra y aire cuando de andar me canso, si se me antoja vuelo si se me antoja nado.
Quien es este que se arrima trayendo su casa arriba
