De colores muy galano,
soy bruto y no lo parezco,
perpetua prisión padezco,
uso del lenguaje humano,
si bien de razón carezco.

Lo rascaba llorando de la crin a la cola y en él se iba trotando por una loma.

Sal al campo por las noches, si me quieres conocer, soy señor de grandes ojos, cara seria y gran saber.

Cargadas van, cargadas vienen y en el camino no se detienen.

Detras de mi corre el perro, voy detras de los ratones, me gusta comer pescado y acostarme en los sillones. ¿Quién soy?

Soy roja como un rubí y llevo pintitas negras, me encuentro en el jardín, en las plantas o en la hierba.

Aunque no soy florista trabajo con flores y por más que me resista el hombre arrebata el fruto de mis labores.

Por aquel camino va caminando quien no es gente; adivínelo el prudente que el nombre se quedó atrás.

Tengo de rey la cabeza calzo espuela pavonada, llevo barba colorada, mi sueño temprano empieza y madrugo a la alborada.

Es negro como un curita y no se cansa de hacer bolitas.

Adivina, adivinajera: no tiene traje y sí faltriquera.