De frente miro al sol
sin que me ciegue,
más alto vuelo que ave alguna,
símbolo soy de imperios y reyes
y dos cabezas a veces me dibujan.
¿Quién soy?
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Nace en la dehesa y come en tu mesa.
Piensa poco y salta mucho, dime su nombre que no te escucho.
Todo lo lleva delante, los colmillos para la lucha y la trompa para la ducha.
¿Quién hace su casa en la verde rama, y allí a sus hijos solicita y llama?
No lo parezco y soy pez, y mi forma la refleja una pieza de ajedrez.
Larga y lisa, larga y lisa, llevo puesta una camisa, toda bordada, bordada, sin costura ni puntada.
Cerca del polo, desnuda, sentada sobre una roca, suave, negra, bigotuda.
Mis patas largas, mi pico largo, hago mi casa en el campanario.
Zumba que te zumba, van y vienen sin descanso, de flor en flor trajinando y nuestra vida endulzando.
Volando en el aire, y besando las flores, se pasa su vida, de luz y colores.
