De día llenos de carne,
de noche con la boca al aire.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Dos buenas piernas tenemos y no podemos andar, pero el hombre sin nosotros no se puede presentar.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Me lleváis, me traéis, y si sois nuevos quizás me mordéis.
Puedes llevarlo en el pelo y, a veces, en los zapatos, se coloca en la cintura y en el rabo de los gatos.
Ani lloró todo el día; perdió lo que más quería
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.