De día llenos de carne,
de noche con la boca al aire.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Me lleváis, me traéis, y si sois nuevos quizás me mordéis.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Ani lloró todo el día; perdió lo que más quería
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Colgada voy por delante y al hombre hago elegante.
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.