Dos buenas piernas tenemos
y no podemos andar,
pero el hombre sin nosotros
no se puede presentar.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Tamaño de una cazuela, tiene alas y no vuela.
Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.