Una piel que es otra piel,
una mano que no es mano
y el frío se aguanta bien.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
Destacan en las orejas creyéndose independientes, van casi siempre en parejas.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo bajo tu cama descanso.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.
Me lleváis, me traéis, y si sois nuevos quizás me mordéis.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».