No he de darte más razones,
sin mi perderías los pantalones.
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Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo bajo tu cama descanso.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
En tus manos estoy limpio, en tus ventanas me ensucio, si sucio, me ponen limpio, si limpio, me ponen sucio.