Mi padre al cuello la ata
y, poco a poco, la aprieta
hasta llegar a su meta.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.