Chiquito, redondo,
barrilito sin fondo.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
Dos buenas piernas tenemos y no podemos andar, pero el hombre sin nosotros no se puede presentar.
Puedes llevarlo en el pelo y, a veces, en los zapatos, se coloca en la cintura y en el rabo de los gatos.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.