Por la noche me lo pongo,
por el día me lo quito
y en la siesta lo uso un poquito.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
En tus manos estoy limpio, en tus ventanas me ensucio, si sucio, me ponen limpio, si limpio, me ponen sucio.
Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.
Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.