Nace en el mar,
muere en el río.
Ese es mi nombre…
¡pues vaya un lío!
más adivinanzas de nombres propios...
Caminando por la calle con un hombre me encontré, para saludarlo tuve que sacar los dedos del pastel. Ya te dije el nombre del hombre aquel.
Tiene cuatro letras, cuatro nada más, si repites una sílaba, su nombre dirás.
En este banco hay un hombre y un bicho, el nombre del hombre ya te lo he dicho.
Tres partes tiene mi nombre: en Francia está la primera, la segunda, aunque te asombre, dentro de un cisne se esconde y la tercera la tiene la cocinera.
De Isabel, quitando el «bel», y de Lucas, lo postrero. ¿Cómo se llama la joven? Adivina, caballero.
Vi sentada en un balcón, a una hermosa dama, mira el primer renglón, y sabrás cómo se llama.
Con «V» empieza mi nombre, suelo ir con la corriente, dicen de mí -por costumbre- que donde voy, va la gente.
Con la cama de un navío y casa de centinela, se hace el nombre de mi dama sin que le falte una letra.
Dime, ¿qué te tomas en nombre de esta persona?
Detrás de una esquina, hay una tina llena de flores, si eres discreta, acierta mi nombre.