Una en la tierra,
una en la luna;
pero en el cielo no
encontrarás ninguna.
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En medio del cielo estoy sin ser sol, ni luna llena, sin ser lucero, ni estrella; a ver si aciertas quién soy.
Casi la lleva al principio, pancarta en la mitad y amanecer ya muy al final.
La última de todas soy, pero en zurdo y zapato primera voy.
No me pronuncies dos veces que tengo sonido feo; siendo la letra del kilo en carreteras me veo.
La letra más alta soy, la más delgada también, la luna y el sol me llevan, el aire nunca me ve.
Una en la tierra, una en la luna; pero en el cielo no encontrarás ninguna.
Soy la redondez del Mundo, sin mí no puede haber Dios, Papas y Cardenales sí, pero Pontífices no.
Soy un palito muy derechito, y encima de la frente llevo un mosquito, que ni pica, ni vuela, ni toca la vihuela.
El burro la lleva a cuestas, metidita en un baúl, yo no la tuve nunca y siempre la tienes tú.
Sin ser el padre de Adán, principio y fin del alma he sido. En medio del mar y al final de la tierra, se escucha mi sonido.