Vivo entre dos muros
que no pueden verse
y aunque no me doblo
me dobla la gente.
más adivinanzas de la ciudad y la calle...
Todos me pisan a mí, pero yo no piso a nadie; todos preguntan por mí, yo no pregunto por nadie.
Un tipo de fino talle que con sólo tres colores ayuda a cruzar la calle a los niños y mayores.
Mido telas y estaturas, pero, a veces, en ciudades, sin humos y sin candelas, llevo gente en cantidades.
Vivo entre dos muros que no pueden verse y aunque no me doblo me dobla la gente.
El que la tenga que la atienda y si no lo mejor es que la venda.
Lugar de compra, lugar de venta, donde cada ama de casa hace su cuenta.
Ciudadano muy mirado, moderno camaleón, subido en tu árbol, cambias de color.
Zapatos de goma, ojos de cristal, con una manguera lo alimentarás, dentro del garaje lo sueles guardar.
Me llegan las cartas y no sé leer y, aunque me las trago, no mancho el papel.
Hombrecitos de colores, metidos en una caja, sin hablar nada te dicen: ¡peligro!, ¡cuidado!, ¡pasa!