Voy con mi casa al hombro,
camino sin tener patas,
y voy marcando mi huella
con un hilito de plata.
más adivinanzas de animales...
Mil damas en un camino sin polvo ni remolino.
Tengo de rey la cabeza calzo espuela pavonada, llevo barba colorada, mi sueño temprano empieza y madrugo a la alborada.
Salta y salta, y la colita le falta.
Por más que se suena el moco le cuelga.
Anda, nada, vuela, no gasta zapato, va dejando estela.
A la orilla de los ríos, croan sin meterse en líos, saltos dan, mas no son osos sino animales verdosos.
Alas de mil colores y se pierden entre las flores.
María Penacho parió un muchacho, ni vivo ni muerto, ni hembra ni macho.
Jamás de su casa sale y corre el monte y el valle.
Por aquel camino va caminando quien no es gente; adivínelo el prudente que el nombre se quedó atrás.
