Zapatos de goma,
ojos de cristal,
con una manguera
lo alimentarás,
dentro del garaje
lo sueles guardar.
más adivinanzas de la ciudad y la calle...
Un bulto veo venir, sus pasos no hay quien los cuente, y, cuando se acerca a mí, meto mi cuerpo en su vientre.
Me llegan las cartas y no sé leer y, aunque me las trago, no mancho el papel.
Le hacen correr sus caballos y nunca le salen callos.
Vivo entre dos muros que no pueden verse y aunque no me doblo me dobla la gente.
El que la tenga que la atienda y si no lo mejor es que la venda.
Lugar de compra, lugar de venta, donde cada ama de casa hace su cuenta.
Alta y delgada, cabeza brillante, ilumina de noche a los caminantes.
Zapatos de goma, ojos de cristal, con una manguera lo alimentarás, dentro del garaje lo sueles guardar.
Cuatro señoras van para francia ruedan y ruedan y nunca se cansan
Ciudadano muy mirado, moderno camaleón, subido en tu árbol, cambias de color.