Te doy leche y mi lana,
y para hablar digo: «beeeee»,
si no adivinas mi nombre
yo nunca te lo diré.

Soy chiquitito, puedo nadar, vivo en los ríos y en alta mar.

Tiene lamparitas de luz verde y cuando es de noche las enciende.

Grandes patazas, chicas manitas, lindos colores en mis alitas, salto y no sé dónde caeré.

Una adivinanza te voy a poner a ver si adivinas lo que es: Tiene dos patitas y no tiene pies; plumas de colores y pico también. Cuando tiene hambre suele decir «pío»; cuando tiene frío se mete en el nido.

Un espléndido abanico que no produce pavor, sus alas, plumas y pico son reales, sí señor.

Soy un animal patoso, y cuento con muchas patas; pero, en cambio, sólo tengo un pico y un par de alas.

Verde como el campo, campo no es, habla como el hombre, hombre no es.

Este es un animal, de tal modo original, que al ponerse cara arriba, ya no se llama igual.

Animal soy, desde luego; me llaman el jorobado, y que tengo cuatro patas, ya se da por descontado.

Un bichito verde sobre la pared, corre que te corre, busca qué comer.