De bronce el tronco,
las hojas de esmeralda,
el fruto de oro,
las flores de plata.
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Dime tú que cosa maja. Cuanto más crece más baja.
Antes éramos lozanas, en el estío, verdillas, ahora el viento nos lleva de un lado a otro, amarillas.
¿Qué es, qué no es? Está en el jardín, también en tus pies.
Alta como un pino, verde como un lino, con las hojas anchas y el fruto amarillo.
Está en el edificio, también en la maceta, la llevas en el pie, la coges en la huerta.
En el origen la respuesta está, en el fin, continuidad, y si no dice la verdad, tienes la réplica ya.
En primavera te deleito, en verano te refresco, en otoño te alimento y en invierno te caliento.
Me desnudan cuando hace frío y me visten en el estío.
Aunque es madre nunca ha parido, aunque es selva nunca dio abrigo; nace y no sabe andar pero enseguida se pone a trepar.
Verde fue mi nacimiento, amarillo mi vivir, en una sábana blanca me envuelven para morir.