Siempre se muere escondida
sin dar guerra,
por dar a otros su vida
bajo tierra.
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Ciertamente tiene nombre de calamar espero que no te asombre si por él voy a trepar.
Antes éramos lozanas, en el estío, verdillas, ahora el viento nos lleva de un lado a otro, amarillas.
Son nuestras blancas flores a veces tan tempranas, que la nieve, envidiosa, viene a ver si nos gana
Aunque es madre nunca ha parido, aunque es selva nunca dio abrigo; nace y no sabe andar pero enseguida se pone a trepar.
De mi tronco herido sacan la resina. En las piñas guardo todas mis semillas.
Como cuerda yo amarro, como cadenas sujeto, tengo un brazo y muchos dedos enterrados por el suelo.
Su cabeza es amarilla, siguiendo al sol, gira y gira, muchos comen sus pepitas y dicen que son muy ricas.
Verde fue mi nacimiento, amarillo mi vivir, en una sábana blanca me envuelven para morir.
De bronce el tronco, las hojas de esmeralda, el fruto de oro, las flores de plata.
Mi nombre es de peregrino y tengo virtud notable, me encuentras en los caminos y mi olor es agradable.
