Soy una hierba trepadora y altanera
que cubro más una pared que una pradera
más adivinanzas de arboles y plantas...
Entre col y col lechuga, entre lechuga, una flor, que al sol siempre está mirando, dorándose a su calor.
Como cuerda yo amarro, como cadenas sujeto, tengo un brazo y muchos dedos enterrados por el suelo.
Vive en todas las clases de climas y de él comen piñones mis primas.
Antes éramos lozanas, en el estío, verdillas, ahora el viento nos lleva de un lado a otro, amarillas.
Su cabeza es amarilla, siguiendo al sol, gira y gira, muchos comen sus pepitas y dicen que son muy ricas.
Siempre se muere escondida sin dar guerra, por dar a otros su vida bajo tierra.
Mi nombre es de peregrino y tengo virtud notable, me encuentras en los caminos y mi olor es agradable.
Es un árbol muy alto de estrecha copa, en el cementerio es donde mora.
Mi fruto es el dátil, mi hoja la palma, que la vemos mucho por Semana Santa.
En el origen la respuesta está, en el fin, continuidad, y si no dice la verdad, tienes la réplica ya.