Mi fruto es el dátil,
mi hoja la palma,
que la vemos mucho
por Semana Santa.
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Verde soy, verde seré, no me toques que te picaré.
Es un gran señorón tiene verde sombrero y pantalón marrón.
Mi nombre es de peregrino y tengo virtud notable, me encuentras en los caminos y mi olor es agradable.
Me desnudan cuando hace frío y me visten en el estío.
Sin el aire yo no vivo; sin la tierra yo me muero; tengo yemas sin ser huevo, y copa sin ser sombrero.
Verde fue mi nacimiento, amarillo mi vivir, en una sábana blanca me envuelven para morir.
Son nuestras blancas flores a veces tan tempranas, que la nieve, envidiosa, viene a ver si nos gana
Los dátiles son mi fruto y palmas doy a lo bruto.
Verde me crié, negro me volví, ahora me visten de blanco, para poderme vender.
¿Qué es, qué no es? Está en el jardín, también en tus pies.