Mamífero rumiante
de cuello alargado,
por el desierto, errante,
siempre anda jorobado.

Iba una vaca de lado, luego resultó pescado.

Cerca del polo, desnuda, sentada sobre una roca, suave, negra, bigotuda.

De frente miro al sol sin que me ciegue, más alto vuelo que ave alguna, símbolo soy de imperios y reyes y dos cabezas a veces me dibujan. ¿Quién soy?

Me roban mi vestidura porque la fuerza es su ley y visten con mis despojos desde el esclavo hasta el rey.

Dos torres altas, dos miradores, un quitamoscas, cuatro andadores.

¿Quién allá en lo alto en las ramas mora y allí esconde, avara, todo lo que roba?

Prima hermana del conejo, aunque de lomo más alto, domina bien la carrera y el salto.

Tiene ojos de gato y no es gato, orejas de gato y no es gato; patas de gato y no es gato; rabo de gato y no es gato, maúlla y no es gato.

Mi reinado está en el mar, soy de peso regordeta; un día, siglos atrás, me tragué entero a un profeta aunque luego lo expulsé al pensar que estaba a dieta.

¿Quién es el que hace, ya le pregunten o no, con la cabeza que sí y con la cola que no?