Aunque tengo cuatro patas,
yo nunca puedo correr,
tengo la comida encima,
y no la puedo comer.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Todos me buscan, para descansar, si ya te lo he dicho, no lo pienses más.
Yo tengo calor y frío, y no frío sin calor, y sin ser ni mar ni río, peces en mí he visto yo.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
En lo más alto me ponen para que el aire me dé. El aire me zarandea, Y siempre lo miro a él.
Tiene agua y no es botijo, está siempre en el jardín. Cada vez que se enrosca, aunque no espanta a una mosca tiene pinta de reptil. ¿Qué será?
Una señorita de carnes muy blandas, que sin ser enferma siempre está en la cama.
En el campo fui nacida, vestida de verdes ramas, y al pueblo me trajeron, para servir a las damas, a mí todo me regalan, caramelos, miel, melada, mas yo todo lo reparto, porque no sé comer nada.
Fui a la plaza y compré un negrito. Llegué a la casa y se puso coloradito. ¿Qué es?
Un barbecho bien labrado, ni entra mula, ni entra arado.