La bruja con su manzana,
me hizo dormir,
pero el príncipe con su beso,
me despertó. ¡Qué feliz!
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¡Que sí! que me crece la nariz al mentir ¡ay de mí!
Era un animal feroz, hasta pintarlo de rosa; ahora nos divierte mucho; lo feroz... ya es otra cosa.
Por decir muchas mentiras, me ha crecido la nariz, pero, arrepentido luego, vuelvo a sentirme feliz.
Es fácil este acertijo, ganó merecida fama ensartando una manzana en la cabeza de su hijo.
Alto y flaco caballero justiciero y soñador, que, a lomos de Rocinante, a molinos se enfrentó creyendo que eran gigantes.
La voz me quitaron para caminar, y el príncipe amado, me fue a rescatar.
Con su caballo y con su escudero sale por la Mancha este caballero. Quiere justicia, busca aventuras y encuentra palos y desventuras.
Lleva la cara pintada, y unos grandes zapatones, ríen los chicos y grandes, con sus chistes y canciones.
Mi avión es una escoba; negra y fea me verán, persigo siempre a las hadas que al verme se espantarán.
No soy ave ni pez, ni soy una cosa rara, y sin ser ave ni ser nada, soy ave y nada al revés.