Blanca por dentro, verde por fuera.
Si quieres que te lo diga espera.
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Del nogal vengo, y en el cuello del hombre me cuelgo.
Ni espero que me lo aciertes, ni espero que me bendigas, y, con un poco de suerte, espero que me lo digas.
Agua pasa por mi casa, cate por mi corazón. El que no lo adivinara, será un burro cabezón.
Si la dejamos se pasa; si la vendemos se pesa; si se hace vino se pisa; si la dejamos se posa.
A esta fruta se le culpa y fue cosa del demonio, pues comieron de su pulpa los del primer matrimonio.
Ave soy, pero no vuelo; mi nombre es cosa muy llana: soy una simple serrana, hija de un hijo del suelo.
Ave y no vuela, llana y es curva. Quien no adivine ésta, no adivinará ninguna.
A veces blanquita, a veces negrita y siempre bolita.
Son de color chocolate, se ablandan con el calor y si se meten al horno explotan con gran furor.
Es como algunas cabezas y lleva dentro un cerebro, si la divido en dos piezas y la como, lo celebro.
