Cuando nada en los ríos
parece un tronco flotante,
pero si muestra sus dientes
todos huyen al instante.

Adivina, adivinajera: no tiene traje y sí faltriquera.

De verde esmeralda sobre la tapiada, rabo rabilargo, pata estirada, corre que te corre, mocita salada.

Una pata con dos pies, ¿es cosa que puede ser?

Las cinco vocales en su nombre lleva, y no siendo ave por la noche vuela.

Todo lo lleva delante, los colmillos para la lucha y la trompa para la ducha.

Tengo ocho patas cargadas de ventosas, y paseo por las rocas, meciéndome en las olas. ¿Quién soy?

Soy sabia y no tuve escuela para mí no hubo doctrina soy maestra de cocina y cocino sin candela.

Soy un turco pues sustento las mujeres que me dan, con quien hago de galán; repártoles el sustento, de celos padezco afán. Roja diadema me adorna, el traje Dios me lo dio, y aunque carezco de dientes tengo fama de cantor.

No vuela y tiene un ala, no es camión y hace «cran».

Canta cuando amanece y vuelve a cantar cuando el día desaparece.