De nada me sirven,
estas cuatro patas,
que quieta estoy siempre,
sobre mí, el durmiente.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
Dicen que tiene y no tiene, mucho pincha, poco retiene.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Ni corre, ni vuela, pero siempre te precede, cuando vas o cuando llegas.
Es verdad que tú le miras, es mentira que te ve, sois iguales uno al otro, está claro que eres él.
Tiene un ojo y nada ve, por abrir no es cosa dura, sin embargo por cerrar, sí que cierra y sí que es dura.
En los baños suelo estar, aunque provengo del mar.
Muchos golpes recibe cuando a la gente, la entrada prohíbe.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
No pienses que es una col, o que baila el chachachá; búscala sobre tu cama, que yo te la he dicho ya.
