De nada me sirven,
estas cuatro patas,
que quieta estoy siempre,
sobre mí, el durmiente.
más adivinanzas de cosas de la casa...
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
Un animalito con cuatro dientes, que nos trae comida muy diligente.
Fui a la plaza y compré un negrito. Llegué a la casa y se puso coloradito. ¿Qué es?
Pino sobre pino, sobre pino, lino, sobre lino, flores y alrededor amores.
Caja llena de soldados, todos largos y delgados, con gorritos colorados.
Con mi cara tan cuadrada, lisa o con dibujitos, resignada y por los suelos, me repito, me repito...
Una señorita de carnes muy blandas, que sin ser enferma siempre está en la cama.
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Los tejados protejo y buenas canales dejo.
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
