De nada me sirven,
estas cuatro patas,
que quieta estoy siempre,
sobre mí, el durmiente.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Muchos golpes recibe cuando a la gente, la entrada prohíbe.
Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.
En lo más alto me ponen para que el aire me dé. El aire me zarandea, Y siempre lo miro a él.
Ni corre, ni vuela, pero siempre te precede, cuando vas o cuando llegas.
Sube llena, baja vacía, y si no se da prisa, la sopa se enfría,
Sin ella en la mano ni entras ni sales, ni vas a la calle.
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
Aunque de comida voy cargado, la gente me vacía, y nunca soy tragado.
En el buen tiempo a nadie marea, en cuanto llueve repiquetea.
Cabezón y muy delgado, que se pone siempre negro, después de haber sido frotado.
