De nada me sirven,
estas cuatro patas,
que quieta estoy siempre,
sobre mí, el durmiente.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Un campo bien labrado no gasta reja ni arado.
Aunque yo nunca me mueva por mí suben, por mi bajan; soy de diversas materias y mi utilidad la halagan.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Sin ella en la mano ni entras ni sales, ni vas a la calle.
Cuatro patas tiene, así como asiento; de ella me levanto y en ella me siento.
Una caja en tu casa que te sube y que te baja.
En invierno se usa porque da calor en verano estorba y se echa al rincón.
Es verdad que tú le miras, es mentira que te ve, sois iguales uno al otro, está claro que eres él.
Cuatro patas tiene y no puede andar también cabecera sin saber hablar.
