De nada me sirven,
estas cuatro patas,
que quieta estoy siempre,
sobre mí, el durmiente.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Cabecita fría la noche haces día cuando te restriego, cabeza de fuego.
Durante el verano escondido, en el invierno encendido.
Con mi cara tan cuadrada, lisa o con dibujitos, resignada y por los suelos, me repito, me repito...
Un barbecho bien labrado, ni entra mula, ni entra arado.
Caja llena de soldados, todos largos y delgados, con gorritos colorados.
Es tu favorita cuando sientes frío; la encuentras escrita en el verso mío.
Cuatro patas tiene y no puede andar también cabecera sin saber hablar.
Tiene luna, no es planeta; tiene marco y no es puerta.
Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.
Tengo dientes y no muerdo, desenredo con cuidado, caminos abro en tu pelo, ya sea liso o rizado.