En la mesa me ponen
y sobre mí todos comen.
más adivinanzas de cosas de la casa...
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
En el buen tiempo a nadie marea, en cuanto llueve repiquetea.
Ni corre, ni vuela, pero siempre te precede, cuando vas o cuando llegas.
En lo más alto me ponen para que el viento me dé, soy guía para los hombres y siempre estoy de pié.
Cuando te veo me ves, cuando me ves te veo, y no te parezco feo.
Aunque tengo cuatro patas, yo nunca puedo correr, tengo la comida encima, y no la puedo comer.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Estoy dentro de él y no puedo entrar en él.
Cuando la entrada yo les prohíbo, son muchos golpes los que recibo.
