Hablo y no pienso,
lloro y no siento,
río sin razón y miento
sin intención.

Soy un turco pues sustento las mujeres que me dan, con quien hago de galán; repártoles el sustento, de celos padezco afán. Roja diadema me adorna, el traje Dios me lo dio, y aunque carezco de dientes tengo fama de cantor.

En alto vive, en alto mora, en alto teje, la tejedora.

Las cinco vocales en su nombre lleva, y no siendo ave por la noche vuela.

Tengo alas y pico y hablo y hablo sin saber lo que digo.

Prima hermana del conejo, aunque de lomo más alto, domina bien la carrera y el salto.

Todo lo lleva delante, los colmillos para la lucha y la trompa para la ducha.

Con la primavera, llega la viajera. Su nido es de barro y su cola, de tijera.

A la orilla de los ríos, croan sin meterse en líos, saltos dan, mas no son osos sino animales verdosos.

Tiene lamparitas de luz verde y cuando es de noche las enciende.

Grandes patazas, chicas manitas, lindos colores en mis alitas, salto y no sé dónde caeré.