Soy amiga de la luna,
soy enemiga del sol;
si viene la luz del día,
alzo mi luz y me voy.

Mis patas largas, mi pico largo, hago mi casa en el campanario.

¿Qué animal de buen olfato, cazador dentro de casa, rincón por rincón repasa y lame, si pilla, un plato?

Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, de mar o de río en el agua vivo.

¿Quién hace su casa en la verde rama, y allí a sus hijos solicita y llama?

Con la primavera, llega la viajera. Su nido es de barro y su cola, de tijera.

María Penacho parió un muchacho, ni vivo ni muerto, ni hembra ni macho.

Nunca camina por tierra, ni vuela, ni sabe nadar, pero aún así siempre corre, sube y baja sin parar.

Piensa poco y salta mucho, dime su nombre que no te escucho.

Volando en el aire, y besando las flores, se pasa su vida, de luz y colores.

Sal al campo por las noches, si me quieres conocer, soy señor de grandes ojos, cara seria y gran saber.