Soy roja como un rubí
y llevo pintitas negras,
me encuentro en el jardín,
en las plantas o en la hierba.

De tierra morena vengo, estirando y encogiendo, amárrenme las gallinas, que a los perros no les temo.

Canta cuando amanece y vuelve a cantar cuando el día desaparece.

Este es un animal, de tal modo original, que al ponerse cara arriba, ya no se llama igual.

Trabajar, siempre mucho trabajé; aunque nunca estudié en la escuela me conocen bien; algunos dicen de mí: «terco bicho es» y Pinocho mucho se asustó cuando en mí casi se convirtió.

Donde nadie sube, trepo, donde nadie anda, trisco, muy poco estoy en el valle, pues lo mío son los riscos.

Soy sabia y no tuve escuela para mí no hubo doctrina soy maestra de cocina y cocino sin candela.

Tiene las orejas largas, tiene la cola pequeña, en los corrales se cría y en el monte tiene cuevas.

Verde como el campo, campo no es, habla como el hombre, hombre no es.

Es negro como un curita y no se cansa de hacer bolitas.

De verde esmeralda sobre la tapiada, rabo rabilargo, pata estirada, corre que te corre, mocita salada.