Tan redonda como un queso,
nadie puede darle un beso.
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Siempre quietas, siempre inquietas; dormidas de día, de noche despiertas.
Muchas lamparitas muy bien colgaditas, siempre encandiladas y nadie las atiza.
Redondo, redondo como un pandero, quien me toma en verano debe usar sombrero.
Una gran moneda dorada que vale mucho y por la que no pagas nada.
Tan redonda como un queso, nadie puede darle un beso.
Salimos cuando anochece, nos vamos si canta el gallo, y hay quien dice que nos ve cuando le pisan un callo.
La noche tiene un ojo, un ojo de plata fina y usted será muy flojo, muy flojo, si no adivina
Doy calorcito, soy muy redondo, salgo prontito y tarde me escondo.
Es la osa más grande del firmamento, para verla mejor buscas aumento.
Me escriben con cuatro letras, significo claridad, si me quitan una letra una queda y nada más.