Tengo nombre de ciudad,
con cierta fruta concuerdo
y muerdo en la realidad.
¿Qué soy?
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Del nogal vengo, y en el cuello del hombre me cuelgo.
Ave me llaman a veces y es llana mi condición.
Son de color chocolate, se ablandan con el calor y si se meten al horno explotan con gran furor.
A veces blanquita, a veces negrita y siempre bolita.
Soy ave y soy llana, pero no tengo pico ni alas.
Ni espero que me lo aciertes, ni espero que me bendigas, y, con un poco de suerte, espero que me lo digas.
Tiene ojos y no ve, tiene agua y no la bebe, tiene carne y no la come tiene barba y no es hombre.
Es como algunas cabezas y lleva dentro un cerebro, si la divido en dos piezas y la como, lo celebro.
Ave y no vuela, llana y es curva. Quien no adivine ésta, no adivinará ninguna.
Ave soy, pero no vuelo; mi nombre es cosa muy llana: soy una simple serrana, hija de un hijo del suelo.