Tiene ojos de gato y no es gato,
orejas de gato y no es gato;
patas de gato y no es gato;
rabo de gato y no es gato,
maúlla y no es gato.

Verde como el campo, campo no es, habla como el hombre, hombre no es.

Con su risa mañanera toda la playa alborota, pescadora y marinera.

Soy dama cruel, temerosa, me paseo en verde prado, y todo aquel que me mira se queda muy espantado. Yo luzco un largo vestido que en tienda no fue comprado, no fue por mano de sastre, ni medido, ni cortado.

En el campo me crié dando voces como loca; me ataron de pies y manos para quitarme la ropa.

Soy un animal patoso, y cuento con muchas patas; pero, en cambio, sólo tengo un pico y un par de alas.

Grandes patazas, chicas manitas, lindos colores en mis alitas, salto y no sé dónde caeré.

No vuela y tiene un ala, no es camión y hace «cran».

Adivina quien soy yo. Que al ir parece que vengo, y al venir es que me voy.

Piensa poco y salta mucho, dime su nombre que no te escucho.

Orejas largas, rabo cortito; corro y salto muy ligerito.