Una cara con dos manos
pegada está a la pared.
Antes de un minuto, hermanos,
¿sabréis decirme quién es?
más adivinanzas sobre el tiempo...
Doce caballeros, nacidos del sol, todos mueren antes de los treinta y dos.
Aquí estamos doce hermanos; yo, que el segundo nací, soy el menor entre todos: ¿Cómo puede ser así?
Quién es un viejo ligero, que es de cuatro movimientos puestos en doce cimientos, que, a cualquier pasajero, da más penas que contentos.
Unas surgen con la luna, a otras las alumbra el sol, todas juegan al corro y todas hermanas son.
Somos doce hermanos y yo el más chiquito; cada cuatro años me crece el rabito.
Doce señoritas en un mirador, todas tienen medias y zapatos no.
Me hallo en los escritorios y en las casas comerciales, todos me miran quien soy para ver lo que contengo. Mis días están contados y el día que voy a morir ya se sabe de antemano.
Tiene agujas y no cose, no se mueve, pero anda, si le das cuerda funciona y el paso del tiempo señala.
¿Qué cosa no ha sido y tiene que ser, y que cuando sea dejará de ser?
Son doce hermanas y todas gastan medias y, aunque, van numeradas todas son cantadas.