Sin estrujarte el testuz
y rápido cual centella,
¿sabrás decirme qué estrella
nunca jamás tiene luz?
más adivinanzas sobre el mar y la playa...
Iba una vaca de lado, luego resultó pescado.
Un truquito este pez tiene que no todo el mundo sabe: si a su nombre quitas la «ene», va y se transforma en ave.
Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, de mar o de río en el agua vivo.
Haciendo ruido ya vienen, haciendo ruido se van; y, cuando mañana vuelvan, de igual manera se irán.
En mí se mueren los ríos, y por mí los barcos van, muy breve es el nombre mío, tres letras tiene, no más.
¿Qué bicho dirás que es, que es algo y nada a la vez?
Llegamos sin cesar, una tras otra, desde el mar a la playa a descansar. A veces, sin embargo, más furiosas, los barcos podemos destrozar.
En una cala del mar, aunque con muy mala pinta, dispuesto para pintar utilizando su tinta.
Ella no tiene pies, y si te descuidas, parece un pez.
Ni de día, ni de noche puede mi vela alumbrar, pero cuando sopla el viento muy bien suelo navegar.