Cuando pasa
¡cómo pisa!,
deja rasa
la camisa.
más adivinanzas de costura y plancha...
Primero ciega, luego pincha y todo une mientras camina.
Soy alta y delgada, tengo un ojo, hago vestidos y no me los pongo.
Dos hermanas diligentes que caminan al compás, con el pico por delante y los ojos por detrás.
Largo, largo, como un camino y cabe en un «pucherino».
Cuanto más largas más cortas, cuanto más cortas más largas.
Un pie grave, ardiente y plano, va dejando el campo llano y, al pasar, su calentura va dejando en la llanura.
Dama da, dama deja, y no se queja de lo que deja.
Pico sin tener enojos y, sin nacer, soy de corte, pero muchos, con arrojos, los dedos, viendo mi porte, me los meten por los ojos.
Pica, picando, colita arrastrando.
Don dedín tiene un sombrero para no hacerse agujeros.