Cuando pasa
¡cómo pisa!,
deja rasa
la camisa.
más adivinanzas de costura y plancha...
Siempre de mí dicen algo, aunque muy humilde soy; no soy señor y me tratan, con la nobleza del don.
Y lo es, y lo es y no me lo adivinas en un mes.
Un pie grave, ardiente y plano, va dejando el campo llano y, al pasar, su calentura va dejando en la llanura.
¿Quién es esa señora, que tiene la propiedad, de estirar bien lo arrugado y de arrugar lo estirado, con igual facilidad?
Si bien empiezo con bo, no soy bota ni botijo, ¡bobo, tonto!, ¡qué lo he dicho!
Cuando pasa ¡cómo pisa!, deja rasa la camisa.
Verde fue mi nacimiento y amarillo fue mi abril; tuve que ponerme blanco para poderte servir.
Pica, picando, colita arrastrando.
Con «A» empieza mi nombre, de las damas soy querido, si me prenden voy seguro, y, si me sueltan, perdido.
Dama da, dama deja, y no se queja de lo que deja.