Topó mi padre en la iglesia
con uno vestido de negro,
ni era fraile, ni era cura,
que era lo que dije primero.

María Penacho parió un muchacho, ni vivo ni muerto, ni hembra ni macho.

Su padre relincha con pésima voz, su madre rebuzna y suelta una coz.

De China vengo, en Murcia vivo, como morera, seda fabrico.

Prima hermana del conejo, aunque de lomo más alto, domina bien la carrera y el salto.

Alto, altanero, gran caballero, gorro de grana, capa dorada, espuelas de acero.

Con su trompa preparada pasa a tu lado zumbando, se posa en tu piel desnuda y tu sangre va chupando.

Soy sabia y no tuve escuela para mí no hubo doctrina soy maestra de cocina y cocino sin candela.

Chiquitín y danzarín, pasa las noches rondando con lanza y con cornetín.

Es la reina de los mares, su dentadura es muy buena, y por no ir nunca vacía, siempre dicen que va llena.

Dos pinzas tengo, hacia atrás camino, de mar o de río en el agua vivo.