adivinanzas para niños

Brazos tengo desiguales
y a mi ritmo se mueven los mortales.

 

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Todos me esperan pero nunca llego, porque cuando llego yo desaparezco.

Me hallo en los escritorios y en las casas comerciales, todos me miran quien soy para ver lo que contengo. Mis días están contados y el día que voy a morir ya se sabe de antemano.

Quién es un viejo ligero, que es de cuatro movimientos puestos en doce cimientos, que, a cualquier pasajero, da más penas que contentos.

Doce son los hermanitos, uno es el benjamín, siete son los mayorcitos y los cuatro restantes los más pequeñitos.

¿Qué día será, que entre el sábado y el lunes está?

Nos llegan muy de mañana y se van mucho después, regresan cada semana y cuatro veces al mes.

Cuando apenas he nacido, mi vida se acaba al punto; aunque no soy el primero, lo sigo por todo el mundo.

Aquí estamos doce hermanos; yo, que el segundo nací, soy el menor entre todos: ¿Cómo puede ser así?

Como te cases o te embarques en este día fatal, todo te saldrá mal.

Dos hermanas en la plaza, ambas marchan a la par, si una da doce vueltas, la otra una, nada más.